J.M.W.TURNER
William Turner: Un artista digno de conocer.
Hoy habla con su pincel, desde el terreno personal más emocionante, Joseph Mallord William Turner, artista romántico inglés (1775-1851).
Es obligatorio observar por un sólo instante alguna obra de este genial, completo y auténtico pintor, haciendo referencia al momento en que su estilo se llenó de vida: El Romanticismo.
El movimiento romántico es dueño de elementos subjetivos, tales como los sentimientos, estados de ánimo e intuiciones. No tiene nada que ver con el clasicismo, en el que se imponen unas normas de composición y estructura.
En el Romanticismo, cada sujeto, era dueño de sus propias experiencias. Estos sentimientos no podían ser medidos, ni materializados porque no podían ser sometidos a un estilo racional.
Los artistas románticos eran conscientes de su propia fugacidad, de que un día no muy lejano, dejarán de existir. La inmensidad de la naturaleza en estado puro es lo que permanece y lo que representan con el alma en sus maravillosos cuadros.
Los que hemos tenido el privilegio de contemplar a Turner en algún momento de nuestra vida, hemos sentido la rama de un árbol acariciando nuestra piel, la luz del atardecer cegando nuestros ojos, o hemos podido advertir la presencia de un tren que se disipa en la atmósfera inglesa.
Nos podemos conmover con estas sensaciones en un cuadro muy especial que lleva por nombre “Lluvia, vapor y velocidad” (1844, National Gallery, óleo sobre lienzo, Londres).
La velocidad que lleva el tren en la obra es tan real y a la vez tan ficticia, que el visitante que se halla delante del cuadro, no sabe si apartarse o permanecer quieto.
Ese mismo año, en una exposición de la National Gallery de Londres, un crítico escribió, en referencia a la obra citada anteriormente: ” Un tren se te echa encima, un tren que avanza realmente a 50 millas por hora, y que el lector haría bien en ir a ver antes de que salga del cuadro”.
William Turner refleja su miedo y amor por el paisaje, pudiendo llegar a sobrecoger, incluso al menos interesado en el campo del arte.
El pintor es capaz de transmitirnos su pasión y su temor hacia lo sobrenatural, no sólo por el recuerdo de las guerras napoleónicas, sino por la importancia que se le concedía al terreno del mito y la fantasía, dos temas propios del siglo XIX.
Un ejemplo de obra mitológica electrizante es “La despedida de Hero y Leandro” (1837), la historia trágica de dos amantes, basada en el poema del autor griego Musaeus.
Turner escoge el momento en que Hero se entera de la muerte de su amado Leandro, ahogado en el Helesponto. Hero decide poner fin a esta tragedia quitándose la vida y arrojándose al mar.
Son este tipo de historias las que nos erizan por dentro y las que Turner cuenta a la perfección, como si relatara un bello poema, a través de grandes tempestades, de cambios de tonalidad, o de elementos fugaces que hacen referencia a la delicadeza del ser humano y a la grandiosidad del paisaje.
¿Qué más podemos decir del Sr William Turner?, que fué un pintor -poeta, nacido en el siglo XVIII, fué, y sigue siendo un gran romántico.
El más romántico.
Si hubiera nacido en el siglo XXI, no sería quien fué, aunque hoy, para muchos, hubiera sido un artista digno de conocer.
Diana García.
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