LA MATERIA
La materia es el primer elemento plástico sin el cuál sería imposible concebir la existencia de una obra pictórica. Es imposible concebir una materia que no esté insertada en una forma, ya que todo lo que es presupone una FORMA (retomando el tema del mes pasado).
Esta sustancia primordial, LA MATERIA, es el ente que permitirá al pintor concretar su sentimiento vital, en la creación de una realidad llamada cuadro.
En la materia pictórica se encuentra en estado potencial la forma. Cuando la materia se somete a la voluntad del artista, pasa de constituir un medio a consituir la propia expresión lograda.
La materia resulta el elemento fundamental, un sello de identificación entre el artista y lo más íntimo de su ser. La pincelada delata la intimidad del pintor. La energía del artista solicita una materia, pero ésta será distinta según las características de la exigencia. Pincelada y materia son inseparables, una es el barro de la creación y la otra es el modo de trabajar ese barro. En el encuentro, barro y acción silencian sus voces para que hable la obra.
Vincent Van Gogh
Los impresionistas destacan por su especial interés hacia la luz. Si Monet se preocupa por captar las diferentes luces en las distintas horas del día, Van Gogh se sentirá atraído por las luces nocturnas, ya sean las estrellas como en este caso, o las luces de gas del Café nocturno. Bien es cierto que las luces artificiales también las observamos aquí, reflejadas en las aguas del Ródano. En primer plano aparecen un par de figuras, contemplándose tras ellas el espectáculo del río semi-iluminado y las siluetas de algunos edificios de Arlés al fondo. Pero lo que llena de sentimiento a la escena son las estrellas, rodeadas de un halo amarillento, como si Vincent plasmara en ellas todos sus deseos. Los tonos empleados son oscuros, consiguiendo crear un efecto especial con los amarillos y verdes, dominando a los azules oscuros. La pincelada que Van Gogh muestra es muy particular, con pequeños toques de color, formando facetas que organizan rítmicamente la composición. La pincelada depurada y relamida del academicismo ha sucumbido ante el genio explosivo de los artistas impresionistas y neo-impresionistas.
Turner
Esta sustancia primordial, LA MATERIA, es el ente que permitirá al pintor concretar su sentimiento vital, en la creación de una realidad llamada cuadro.
En la materia pictórica se encuentra en estado potencial la forma. Cuando la materia se somete a la voluntad del artista, pasa de constituir un medio a consituir la propia expresión lograda.
La materia resulta el elemento fundamental, un sello de identificación entre el artista y lo más íntimo de su ser. La pincelada delata la intimidad del pintor. La energía del artista solicita una materia, pero ésta será distinta según las características de la exigencia. Pincelada y materia son inseparables, una es el barro de la creación y la otra es el modo de trabajar ese barro. En el encuentro, barro y acción silencian sus voces para que hable la obra.
Vincent Van Gogh
Noche estrellada
1889. Óleo sobre lienzo. 73,7 x 92,1 cm. Museo de Arte Moderno. New York. USA.
A diferencia de sus amigos Gauguin y Bernard, que estaban elaborando una pintura de contenido simbolista, fruto de su imaginación y no inspirada en modelos reales, Vincent se decanta por el contacto directo con la realidad, pero ésto le supone un problema ya que le resultaba difícil representar el cielo nocturno, para ello ideó un sistema tan extravagante como ingenioso: colocó velas encendidas en su sombrero y pudo así realizar la primera obra nocturna al aire libre de la historia.
Sin embargo, y a pesar de haber trabajado al natural, el resultado es cualquier cosa menos realista, la poderosa imaginación del autor transforma la vista nocturna en una especie de acontecimiento cósmico donde el cielo parece iluminado por multitud de cometas que giran vertiginosamente, creando una serie de remolinos de luz, haciendo que el pueblo parezca sumergido en una atmósfera sobrenatural.
La composición del cuadro es magistral, la línea diagonal de las montañas, las ondulaciones amarillas de los astros, las pinceladas espirales que forman los árboles diseminados entre las casas, mientras que el largo tejado en punta del campanario rima con la forma del solitario ciprés, cuya silueta cierra la escena en primer plano.
Noche estrellada sobre el ródano
1888. Óleo sobre lienzo. 72.5 x 92 cm. Museo de Orsay. París. Francia. Los impresionistas destacan por su especial interés hacia la luz. Si Monet se preocupa por captar las diferentes luces en las distintas horas del día, Van Gogh se sentirá atraído por las luces nocturnas, ya sean las estrellas como en este caso, o las luces de gas del Café nocturno. Bien es cierto que las luces artificiales también las observamos aquí, reflejadas en las aguas del Ródano. En primer plano aparecen un par de figuras, contemplándose tras ellas el espectáculo del río semi-iluminado y las siluetas de algunos edificios de Arlés al fondo. Pero lo que llena de sentimiento a la escena son las estrellas, rodeadas de un halo amarillento, como si Vincent plasmara en ellas todos sus deseos. Los tonos empleados son oscuros, consiguiendo crear un efecto especial con los amarillos y verdes, dominando a los azules oscuros. La pincelada que Van Gogh muestra es muy particular, con pequeños toques de color, formando facetas que organizan rítmicamente la composición. La pincelada depurada y relamida del academicismo ha sucumbido ante el genio explosivo de los artistas impresionistas y neo-impresionistas.
Turner
El incendio de la Casa de los Lores y de los Comunes, 16 de Octubre de1834
Joseph Mallord William Turner. Es considerado un artista romántico del paisaje inglés, cuyo estilo condujo a la fundación del impresionismo.
El artista «que más conmovedoramente y acertadamente puede medir el temperamento de la naturaleza».
Turner es un pintor romántico interesado en la filosofía sublime; retrata el asombroso poder de la Naturaleza sobre el Hombre. Fuegos, catástrofes, hundimientos, fenómenos naturales son descritos por el pintor. En sus lienzos, constata que la humanidad no es más que un conjunto de peones de la Naturaleza. Como otros románticos, considera el paisaje natural como un reflejo de su humor. Turner mostró el poder violento del mar, como en 'Dawn after the Wreck (1840) o el Barco de Esclavos, 1840.
Sus primeros trabajos, como Tintern Abbey (1795) o Venecia: S. Giorgio Maggiore (1819), conservan las tradiciones del paisajismo inglés. Sin embargo, en Aníbal atravesando los Alpes (1812),
Anibal atravezando los alpes
su énfasis en el poder destructor de la naturaleza ya empieza a surgir. Su peculiar estilo de pintura, el cual se caracterizaba por el uso de técnicas exclusivas de la acuarela en la ejecución de sus obras pictóricas al óleo, generaba luminosidad, fluidez y efectos atmosféricos efímeros.[3]
En sus últimos años, empleó cada vez menos óleos, y se centró en la luz pura, en los colores del reflejo. Ejemplos de este estilo tardío son visibles en Lluvia, vapor y velocidad pintado en (1844), donde los objetos son vagamente reconocibles.
Lluvia, vapor y velocidad
Turner, junto con John Constable, fue un estandarte de la pintura inglesa en sus útimos años, y fue popular en Francia también. Los impresionistas estudiaron cuidadosamente sus técnicas, para dilucidar el poder de sus lienzos. En la era del arte moderno, hasta el arte abstracto se ha visto influenciado por él.