miércoles, mayo 15, 2013

TURNER

Joseph Mallord William Turner nació en Covent Garden (Londres) el 23 de abril de 1775 y murió el 19 de diciembre de 1851. Es considerado un artista romántico del paisaje inglés, cuyo estilo condujo a la fundación del Impresionismo. 

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/2/2e/Shipwreck_turner.jpg/800px-Shipwreck_turner.jpg

El Naufragio

En su juventud aprendió las técnicas de la acuarela en compañía del pintor Thomas Girtin, con quien coloreó varias láminas para ilustrar libros de viaje. Es comúnmente conocido como el pintor de la luz, renombrado no sólo por sus óleos sino también como acuarelista, pues se le considera uno de los fundadores de la pintura paisajística inglesa a acuarela. Uno de sus cuadros más famosos es El temerario remolcado a dique seco, pintado en 1839, depositado en el National Gallery de Londres. 

Fue un artista precoz, admitido ya a los catorce años como alumno en la Royal Academy, de la que fue nombrado miembro asociado en 1799, a los veinticuatro años, y de la que fue también, más tarde, profesor y vicepresidente. Su prematura inclinación hacia la pintura se concretó desde el primer momento en una vocación de paisajista, hasta el punto de que fue el paisaje el único tema que cultivó, y del cual llegó a ser un maestro indiscutible. 

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/3/35/Rain_Steam_and_Speed_the_Great_Western_Railway.jpg/800px-Rain_Steam_and_Speed_the_Great_Western_Railway.jpg

Lluvia vapor y velocidad . 1844


A partir de 1792 adoptó la costumbre de realizar apuntes de paisajes y vistas para venderlos a grabadores o convertirlos luego en óleos o acuarelas. Esta línea de actuación, mantenida a lo largo de toda su vida, está en el origen de la gran cantidad de dibujos que dejó a su muerte, amén de los que se incluyeron en obras como Puertos de Inglaterra o Vistas pintorescas de las costas meridionales de Inglaterra. 


Turner es un pintor romántico interesado en la filosofía sublime, retrata el asombroso poder de la Naturaleza sobre el Hombre: fuegos, catástrofes, hundimientos, fenómenos naturales son descritos por el pintor. En sus lienzos, constata que la humanidad no es más que un conjunto de peones de la Naturaleza. Como otros románticos, considera el paisaje natural como un reflejo de su humor. Turner mostró el poder violento del mar, como en 'Dawn after the Wreck (1840) o el Barco de Esclavos 

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/8/88/Turner-The_Burning_of_the_Houses_of_Lords_and_Commons.jpg/800px-Turner-The_Burning_of_the_Houses_of_Lords_and_Commons.jpg

El incendio de la cámara de los Lores y de los Comunes . 1835

El talento de Turner fue reconocido muy pronto, convirtiéndole en un académico a los 23 años. Tal independencia económica le permitió innovar de manera sorprendente para muchos. De acuerdo con la Historia ilustrada del Arte, de David Piper, sus últimas pinturas fueron denominadas fantastic puzzles (rompecabezas fantásticos) No obstante, Turner es reconocido como un genio: la crítica inglesa, John Ruskin, describió a Turner como el artista que más conmovedoramente y acertadamente puede medir el temperamento de la naturaleza. 


La popular confusión entre genialidad y locura es más patente que nunca. Pintor académico en sus principios, Turner fue lenta pero imparablemente evolucionando hacia un estilo libre, atmosférico , en ocasiones esbozando incluso la abstracción, que fue incomprendido y rechazado por unos críticos que llevaban décadas admirándolo. El aparente caos que llenaba las últimas obras de Turner fue atacado por considerarse la obra de un demente. Se dice que la mismísima Reina Victoria se negó a concederle la orden de caballero -honor otorgado a muchos pintores de menor categoría- porque consideraba que Turner estaba sencillamente loco. 

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/94/Turner%2C_J._M._W._-_The_Fighting_T%C3%A9m%C3%A9raire_tugged_to_her_last_Berth_to_be_broken.jpg/800px-Turner%2C_J._M._W._-_The_Fighting_T%C3%A9m%C3%A9raire_tugged_to_her_last_Berth_to_be_broken.jpg

El Temerario remolcado a dique seco . 1839



Contó con admiradores y mecenas incondicionales, como el tercer conde de Egremont y Ruskin. Gozó, por ello, de un gran desahogo económico, que le permitió realizar constantes viajes por diversos países (Francia, Suiza, Italia), de los que constituyen un recuerdo memorable, por ejemplo, sus series de vistas de Venecia. 


Turner dejó una generosa fortuna que deseó que fuera invertida en ayudar a lo que él llamaba artistas desmoronados. El legado de la colección permaneció en la nación británica, que construyó en la que fuera su casa una galería especial. Tras problemas gubernamentales, veintidós años después de su muerte su colección fue enviada a museos fuera de Londres, debido a lo cual empezó a disgregarse en contra de los deseos de Turner. En 1987, la mayor parte de la colección estaba en la Clore Gallery, en la Tate Gallery, pero su diseño fue fuertemente criticado. 

Existe un prestigioso premio anual, el Premio Turner, creado en su honor en 1984, que se ha vuelto controvertido puesto que promociona un arte no conectado con la técnica de Turner. Una exhibición amplia, "Turner's Britain", ha viajado alrededor del mundo, y fue colgada en el museo de Birmingham del 7 de noviembre de 2003 al 8 de febrero de 2004. 


https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioFVWorv9lUroWUXQA_lRGi-8PinfdyBPBwZg6e7co1Y4czN1acrhJd6jB6Uqys_WutMPXj1Thk8SfL_HSO8UYzm2DMudgEf0RFdmQ5unH4jRsF3KMLXW0LbCmE287kvJg9YbP/s1600/Wreckers_Coast_of_Northumberland_Joseph_Mallord_William_Turner.jpeg

 Wreckers Coast of Northumberland .  1836. 

En 2005 el Temerario fue escogido como el mejor cuadro inglés en una votación pública organizada por la BBC. En abril de 2006, Christie's sacó a subasta un cuadro con una vista de Venecia por 35,8 millones de dólares americanos, marcando un nuevo récord para Turner. El comprador fue un magnate de casino llamado Stephen Wynn.

SOBRE TURNER


Los libros de arte se siguen refiriendo a William Turner (1775-1851; exposición de 42 de sus obras en Madrid, Museo del Prado, del 22 de junio al 19 de septiembre de 2010) como pintor de la luz.
Son muchas las enseñanzas que se pueden extraer del método y la forma de ejecución por parte de este genial artista británico, que, impulsado por su análisis profundo de las técnicas y móviles de algunos de los mejores pintores que le habían precedido, resultó precursor de dos corrientes, dos formas de captar y entender el entorno, cuyos equívocos nombres las han convertido en antagónicas, cuando, en realidad, son complementarias: impresionismo y expresionismo.
Como toda exposición de pintura, hay que verla; no tiene sentido contarla, aunque el trabajo de David Solkin y Javier Barón ayuda bastante a ordenar las ideas de quienes pretendemos escribir sobre ella.
Y se ha escrito ya mucho, especialmente desde que el periodista-sociólogo Vicente Verdú, (con el que generalmente estamos de acuerdo) en un periódico de amplia difusión, ha calificado de "impostor" a Turner, invitando a desenmascararlo como un copista sin inspiración.
En este caso, se trata de una opinión imposible de compartir, como lo demuestra la repulsa generalizada que ha provocado. Si proviniera de otras fuentes, parecería destinada exclusivamente a llamar la atención, llevando el paso cambiado en el desfile de la compañía, sabiendo que, en estos tiempos iconoclastas se aplaude mucho a quien salta con la payasada o disfruta siendo el mozo del martillo.
Un artista profesional, y tan excepcionalmente prolífico como lo fué Turner, deja múltiples huellas para poder descubrir o intuir sus razones. En su caso, además, como profesor que fue de pintura, incluso algunas claves escritas.
Por ejemplo, de su concepción del cuadro como fotografía -dicho esto en el sentido literal del término foto-grafía-, pero no al estilo de esos desventurados turistas que, cámara en ristre, van poniendo el careto ante cada monumento de su Petit tour. Sus cuadros sobre el incendio del Parlamento de Londres, desde varios ángulos, y con sus alumnos como testigos, evidencian que lo importante de cada momento es lo que se siente, no lo que permanece a la vista para otros.
Turner pintó muchos paisajes, casi todos ellos reinventados en su taller, a partir de miles de notas que realizaba en el campo. El paisaje, con su ropaje esencial, la luz, queda así convertido en un elemento de representación, que puede ser protagonista o servir de figura secundaria para ensalzar otro mensaje dramático.
Podemos así comparar la representación del paisaje como personaje principal, en cuadros como la Tormenta de nieve o Galerna en el mar, en el que la naturaleza muestra su fuerza a partir de la distorsión agresiva de los elementos, o el paisaje como base escenográfica para resaltar momentos en los que el dramatismo está en lo que están ejecutando las figuras humanas, como en la Entrega de las armas y los niños de los habitantes de Cartago a Roma.
Si Turner se inspira en las arquitecturas de los pintores italianos para sus ciudades reinventadas -siempre al borde del agua-, en los paisajes campestres se siente mucho menos vinculado a la realidad y a precedentes, y acaba, por ello, dibujando fantasmas de paisajes, almas de luz y color que no pueden ya ser habitadas, sino simplemente, sentidas.
Otra perspectiva magníficamente esclarecedora, al menos para las personas sensibles, es la percepción de la obra de arte como elemento de diálogo, no ya con el espectador de la misma, sino con su entorno y con otras obras.
Cuando Turner incorpora una boya roja -después de verla junto a la obra, más inspirada como mensaje en sí misma, de Constable- a una de sus marinas más convencionales, lanza lo que Constable interpreta certeramente como "una bala de cañón" sobre su coloreada obra, y, con ello, está saltándose los límites físicos del cuadro, para lanzar un mensaje fuera de él.
No es una copia, ni una interpretación del cuadro de ningún otro autor; es algo mucho más sutil, un guiño al espectador inteligente, subordinando su obra a la del rival, para ganarle la mano, utilizando su creación en beneficio propio, sin dañar a ésta.
Obliga a un matrimonio de conveniencia de su obra con la del otro. Será necesario, a partir de ahora, verlas juntas para entender el mensaje que uno de los artistas quiso dar. Turner no es mejor aquí que Constable; se aprovecha del trabajo del otro artista, para llamar la atención sobre el suyo, enlazándolas. Si no figuraran juntas, ambas obras, la de Turner pasaría, en este caso, desapercibida. Al dotarlas de una explicación, pasa a primer plano, el objetivo: hacer reflexionar sobre el valor emocional de la foto-grafía.
El protagonista, en esta situación y cualquier otra parecida, es el comisario de la Exposición, aquel que pone en diálogo ambas obras. Y de eso se trata, en el fondo, con "Turner y los maestros" (Por cierto, no "Turner y sus maestros"): de hacer de los comisarios, de los que seleccionan las obras para ser expuestas, protagonistas.
Es la hora de los seleccionadores, que también tienen su propio lenguaje y sus ganas de expresarse y que, tal vez, hasta ahora, no nos habíamos percatado de su influencia para hacernos ver otros impactos de la evolución artística.

MUERE TURNER, EL PINTOR DE LA LUZ


Muere Turner, el pintor de la luz19 diciembre 2012
Figura capital del arte inglés, dedicó su carrera al estudio de los clásicos y a desentrañar con sus pinceles el arcano de la Naturaleza
El 19 de diciembre de 1854 moría en su casa de Chelsea el pintor Joseph Mallord William Turner. Su cuerpo era enterrado en la catedral de San Pablo, como había ordenado en su testamento.
Turner había nacido el 23 de abril de 1775, en el número 22 de Maiden Lane, Covent Garcen, Londres. Hijo de un barbero, comenzó a destacar muy pronto con el dibujo; su padre animó desde el comienzo su vocación y exhibió orgulloso sus primeros dibujos en la ventana de su establecimiento.
El 11 de diciembre de 1789, tra superar un examen de admisión, ingresó en la Royal Academy School de Londres, presidida por entonces por Joshua Reynolds. Tenía solo 14 años. El curso siguiente a su ingreso participó ya en la exposición que organiza anualmente la institución, con la acuarela titulada El palacio arzobispal de Lambeth.
Desde entonces y hasta su muerte, Turner recorrería los más diversos parajes de Gran Bretaña, Francia, Italia, Alemania, Los Países Bajos y Suiza, en búsca de temas para su labor artística. Solía viajar casi siempre solo, apenas acompañado de sus instrumentos de trabajo, una muda de ropa, un paraguas y una flauta.
Al acabar el siglo, Turner había alcanzado cierta notoriedad y empezaba a obtener la estima y el favor de una clientela aristocrática e intelectual. Miembro asociado de la Academia desde 1799 y de pleno derecho desde 1802, durante tres dácadas participó prácticamente sin excepción en sus exhibiciones anuales y desde 1807 a 1838 impartió en ellas clases de perspectiva.
El amor y estudio de los grandes maestros y el absoluto dominio del género paisajístico protagonizan su extensísima producción, que alcanzó su cénit en 1844 con el óleo Lluvia, vapor, velocidad. El gran ferrocarril occidental, en la que abandonó ya toda constricción formal y con la que alcanzó la libertad de estilo anhelada.

J.M.W.TURNER


William Turner: Un artista digno de conocer.


Lluvia_vapor_y_velocidad
Hoy habla con su pincel, desde el terreno personal más emocionante, Joseph Mallord William Turner, artista romántico inglés (1775-1851).
Es obligatorio observar por un sólo instante alguna obra de este genial, completo y auténtico pintor, haciendo referencia al momento en que su estilo se llenó de vida: El Romanticismo.
El movimiento romántico es dueño de elementos subjetivos, tales como los sentimientos, estados de ánimo e intuiciones. No tiene nada que ver con el clasicismo, en el que se imponen unas normas de composición y estructura.
En el Romanticismo, cada sujeto, era dueño de sus propias experiencias. Estos sentimientos no podían ser medidos, ni materializados porque no podían ser sometidos a un estilo racional.
Los artistas románticos eran conscientes de su propia fugacidad, de que un día no muy lejano, dejarán de existir. La inmensidad de la naturaleza en estado puro es lo que permanece y lo que representan con el alma en sus maravillosos cuadros.
Los que hemos tenido el privilegio de contemplar a Turner en algún momento de nuestra vida, hemos sentido la rama de un árbol acariciando nuestra piel, la luz del atardecer cegando nuestros ojos, o hemos podido advertir la presencia de un tren que se disipa en la atmósfera inglesa.
Nos podemos conmover con estas sensaciones en un cuadro muy especial que lleva por nombre “Lluvia, vapor y velocidad” (1844, National Gallery, óleo sobre lienzo, Londres).
La velocidad que lleva el tren en la obra es tan real y a la vez tan ficticia, que el visitante que se halla delante del cuadro, no sabe si apartarse o permanecer quieto.
Ese mismo año, en una exposición de la National Gallery de Londres, un crítico escribió, en referencia a la obra citada anteriormente: ” Un tren se te echa encima, un tren que avanza realmente a 50 millas por hora, y que el lector haría bien en ir a ver antes de que salga del cuadro”.
William Turner refleja su miedo y amor por el paisaje, pudiendo llegar a sobrecoger, incluso al menos interesado en el campo del arte.
El pintor es capaz de transmitirnos su pasión y su temor hacia lo sobrenatural, no sólo por el recuerdo de las guerras napoleónicas, sino por la importancia que se le concedía al terreno del mito y la fantasía, dos temas propios del siglo XIX.
Un ejemplo de obra mitológica electrizante es “La despedida de Hero y Leandro” (1837), la historia trágica de dos amantes, basada en el poema del autor griego Musaeus.
Turner escoge el momento en que Hero se entera de la muerte de su amado Leandro, ahogado en el Helesponto. Hero decide poner fin a esta tragedia quitándose la vida y arrojándose al mar.
Son este tipo de historias las que nos erizan por dentro y las que Turner cuenta a la perfección, como si relatara un bello poema, a través de grandes tempestades, de cambios de tonalidad, o de elementos fugaces que hacen referencia a la delicadeza del ser humano y a la grandiosidad del paisaje.
¿Qué más podemos decir del Sr William Turner?, que fué un pintor -poeta, nacido en el siglo XVIII, fué, y sigue siendo un gran romántico.
El más romántico.
Si hubiera nacido en el siglo XXI, no sería quien fué, aunque hoy, para muchos, hubiera sido un artista digno de conocer.
Diana García.
Esta entrada fue publicada en Artistas del mundo. Guardar el enlace permanenteAñade un comentario o deja un trackback: URL del Trackback.

Free Counters
Online Degrees