martes, junio 25, 2013

J.M.W. TURNER

STRONOMÍA PLÁSTICA: William Turner, Arquitecto de Universos
William Turner, nacido en Londres en 1775. Calle Maiden Lane, cerquita del Barrio Rojo, y sobrado de carne, deseo, burdeles y ´ese líquido achicharrante que beben los hombres que han visitado ya el infierno´.
Padre barbero y diseñador profesional de ´pelucas´ (de aquella, todo caballero que se apreciaba debía poseer como mínimo tres pelucas: dos para dias laborales y otra para domingos. Algunas pelucas eran tan caras que llegaron a existir ladrones especializados en el hurto urbano de pelucas.)

Moonlight
  • Chavalillo pequeñín y solitario, a los 10 años comienza a vagabundear por Covent Garden pintando grafitis de conejos y gallinas en paredes y ventanas ajenas. El señor padre y barbero, orgulloso de su hijo, cuelga los cuadros que éste pinta en las paredes de su barbería: ´Precios varios: De 1 a 3 shellings.´ Y si alguien le pregunta que es lo que su hijo va a ser de mayor, él no titubea: ´William será pintor´. Años más tarde, Turner le confesaría a un amigo que si él hubiese tenido la oportunidad de volver a empezar, sería arquitecto, y sanseacabó.
  • Snow Storm
  • A los catorce, ingresa en la escuela de la Real Academia, y a los 16 ya trabaja de ayudante del académico William Hodges, un diseñador y pintor de escenarios teatrales.
  • Mayo de 1799. Turner llora al ver el cuadro de Claude Lorrain Seaport, The Embarkation of the Queen of Sheba. ´Lloro porque sé que nunca conseguiré pintar así.´
  • 1803. El tabloide The Sun sobre el cuadro Calais Pier: ´El mar parece jabón y tiza.´
  • 1804. Muere su madre en un hospital psiquiátrico. Turner estrena su primera galería, o ´la tienda´, como gusta llamarla.
  • Comienza a obsesionarse con el tema de la despedida (The Parting of Brutus and Portia, Cleopatra Sailing Down to Cydus, etc.) y con el de lamuerte (Death of Achelous, Death of Messus, Death of Liseus, etc.)
  • Seine Mouth


    . 1808, su primer bote: The Owner´s Delight, ´Placer del Dueño´. Navega el Támesis pintando aquello que la memoria tan fácilmente olvida: Nubes, luz, árboles y yerba, marineros, escenas nocturnas, etc. Marino y pintor.
    1808, depresión económica en el Reino Unido. No para Turner, que gana y gana con la venta de sus cuadros lo que no estaba escrito. 400 libras porThe Festival Upon the Opening of the Vintage of Macon.
  • ¿Era Turner disléxico? Era zurdo de nacimiento, pero tuvo que aprender a dibujar con la derecha. No sólo fue su obra un aunténtico misterio, también su conversación.
    Vesuvius in Eruption

    . En sus cuadros destroza los cánones de la perspectiva rectilínea al introducir una perspectiva más ´curvilínea´... Turner captura la esencia en sí de la Inglaterra rural y provincial de la época. Trabajadores y soldados, marineros y contranbandistas, pastores y pescadores, el humo de las factorías... La Revolución Industrial. Y todo bajo la atenta mirada de un pincel blanco marca de la casa, pincel con el que jubilará tanto al ocre como al marrón más tradicional. 
    The Burning of the Houses of Lords and the Commons
    Década de 1820. En sus Viñetas Históricas firma: ´Un Parlamento al Pleno, LIBRE y FRECUENTE.´
    • ¡Por fin Italia! Se sumerge en los laberintos de mármol de Bernini, sin encotrarse nunca con Byron. La unión del tono amarillento con la mente del artista. El olivo y Miguel Angel. Roma, Génova y Carrara. Campesinos y bandidos, y otra vez el renacimiento de la perspectiva Turner.
    • 1827. Muere su padre. Efecto amargo y profundo, y la soledad pensada. Una pesadilla: Death of a Pale Horse.
    • 1832. De vuelta al Sena. ´Para poder pintar el viento hay que saber capturar tanto la causa como el efecto Y después Copenague, Berlín, Dresde, Praga y Venecia. Aire, tierra, agua... Y el fuego, siempre el fuego.
    • 1840. 69 años. ¿Está perdiendo la vista? ¿Cataratas? Sobra el azul porque no llega al violeta con el pincel.
    Pale Horse

  • 1845. 70 años. Doble visita a Francia, se acerca el Final. A un artista desesperado: ´¿Así que eres pintor? A ver, enséñame las manos. ¡Lárgate de aquí!´
  • 1847-9: Epidemia de cólera en la Gran Bretaña. Mueren 53.000. Turner la contrae. Vómitos, colitis, dolores musculares y estomacales... El amarillo se le está volviendo blanco, blanco caliente. Quiere pintar luces, como última referencia. Todo lo que el sol nos ofrece, acaba también por llevárselo. ´El sol me quema a mí tanto como te quemaría a ti una vela
  • Máscara Expiratoria
  • 1850: Un sueño: The Visit to the Tomb. 75 años. ´El sol es Dios´, comenta poco antes de morir.
  • 19 de diciembre de 1853. La ventana del dormitorio es la puerta visual al rio. Turner se desliza agónicamente por el suelo en un último intento en vano de alcanzar el sol. El doctor Price le sugiere que se prepare para lo peor, Lo Peor. ´Bueno, ahora me toca a mí ser una entidad inexistente. Bájese abajo y sírvase un sherry, doctor.´ Sus últimas palabras.
  • 20 de diciembre de 1853. Registro de la Parroquia de San Lucas, Chelsea: ´J. M. W. Turner, 81 Años de Edad. Artista y Académico Real. Muerte Natural
  • Enterrado en la Catedral de San Pablo, junto a Reynolds, Lawrence y Fuseli.
  • Descansa en paz, arquitecto de universos. 



    THE VISIT TO THE TOMB 

    J.M.W. TURNER

    TORMENTAS Y CATÁSTROFES

    Contemplo en el Museo del Prado los cuadros de Joseph Mallord William Turner (1775-1851), pintor del que apenas tenía información, aunque siempre me ha agradado, sobre todo por sus obras de su última etapa, como este Anibal y su ejército cruzando los Alpes.

    Su padre, William Turner, fue un fabricante de pelucas que luego se convirtió en barbero. Su madre, Mary Marshall, un ama de casa, fue perdiendo su estabilidad mental paulatinamente siendo joven, quizá debido a la muerte de la hermana pequeña de Turner, en 1786. Ella murió en 1804, recluida en un psiquiátrico.

    Tormenta de nieve en alta mar
    Posiblemente esta situación condujo a que el joven Turner fuera enviado en 1785 con su tío materno a Brentford, un pequeño pueblo al oeste de Londres, cerca del río Támesis. Allí Turner mostró por vez primera su interés por la pintura. Pronto desarrolló su capacidad artística, tanto en el óleo como también con la acuarela. Entró muy joven en la Real Academia de Arte. Viajó por Francia, Suiza y sobre todo visitó varias veces Venecia.

    A medida que paseo por la exposición me voy enterando de la influencia de los pintores clásicos en su pintura, a los que emulaba (Rafael, Leonardo, Rubens, Claudio de Lorena, Poussin, Ruysdael, Rubens, Caneletto, Teniers, Watteau, Gainsborough,..). Una gran parte de su obra son pinturas de temas tradicionales, históricos, arquitectónicos, paisajes, encargos académicos. Así obtuvo el reconocimiento público que tanto le importaba. Sus cuadros estaban perfectamente acabados. Tenía una gran ambición y esas obras estaban destinadas a su exhibición y venta. Era su faceta pública.

     Cabaña destruida por un alud (1810)

    Poco a poco fue cambiando y consolidando un estilo propio, quizá por la influencia del color de la pintura veneciana, de los hallazgos de los efectos de la luz, del romanticismo, del mar, de la fuerza de los elementos de la naturaleza, de la riqueza de la tiniebla. Se sintió atraído por las catástrofes de la naturaleza y por la fuerza de lo sublime, con su fuerte carga simbólica, que a la vez es capaz de provocar violentas emociones. Fue soltando su pincelada, liberó el color y la forma.

    Conforme envejecía, Turner se volvió muy excéntrico. Tuvo pocos amigos, excepto su padre, que convivió con él treinta años, asistiéndole eventualmente en su estudio. Su padre murió en 1829, lo cual le produjo una honda impresión, por la que entró en depresión.
     
    Esta exposición es un magnífico ejemplo de la evolución de su pintura, y en ella podemos encontrar su culminación: el díptico compuesto por Sombra y Oscuridad –la tarde antes del Diluvio, y Luz y Color –la mañana después del Diluvio, ambas de 1843. Él llevaba años preparando lo que consideraba su liberación final.
    Sombra y oscuridad. La tarde antes del Diluvio (1843)
    Durante la vida de todo artista –y de todo ser humano– existe una gran elección: ver o mirar. A esas alturas de su vida Turner ya se había decidido definitivamente por renunciar a todo el tesoro de formas adquirido a lo largo de muchos años y sustituir la mirada, como fase de aprendizaje, por la visión. Algunos han querido ver en ello un antecedente del arte abstracto o no figurativo, pero no se trata de eso. La mirada es el aprendizaje de la visión, que se logra en la madurez que todo artista anhela alcanzar. Poco importa si el resultado es figurativo o abstracto. En estas pinturas sobre los colores del Diluvio encontró el argumento que necesitaba. Nunca la oscuridad había sido tan densa, como la tarde antes de la catástrofe, y consiguió la visión esencial, el triunfo del color, representando la luz de la mañana después.

    Luz y color. La mañana después del Diluvio (1843)

    El paseo artístico entre sus tormentas y catástrofes tardías me hace pensar. Cuando estamos acuciados por los problemas y a merced de elementos hostiles y poderosos, en lugar centrar la mirada en el frío, las olas, la enfermedad, la ruina, la soledad, los aludes y el naufragio, cuánto mejor sería que fuéramos capaces de superar esa mirada para trascenderla en nuestra propia visión. O dicho de otra manera, que aunque no nos quede más remedio que sufrir cuando toca, también podemos pensar que resistir no es sólo el camino para sobrevivir y seguir sufriendo, sino también una vía para dotarnos de sentido e ilusión. Turner lo consiguió tarde, pero por esas obras ha sido recordado. 
    Esas otras pinturas estuvieron, en su mayor parte, ocultas en su estudio. Se descubrieron tras su fallecimiento y son precisamente las que interesan al espectador moderno, hasta el punto que algunos piensan que habría que juzgarle sólo por ellas. Esos cuadros y acuarelas representan hoy el Turner más conocido. Fueron los cuadros que nunca expuso en su amada Academia, que tantos éxitos mundano le deparó. Murió en 1851 y está enterrado en la Catedral de San Pablo, en Londres. La mayor parte de su obra se puede contemplar en la Tate Gallery, pero si ustedes no quieren o no puede viajar, tienen más cerca la oportunidad del Prado. No se la pierdan.

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