JMW TURNER
EL TEMERARIO REMOLCADO A DIQUE SECO 1839
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| El Temarario remolcado a dique seco óleo sobre lienzo 90,7x 112,6 cm National Gallery Londres |
J.M.W TURNER ( 1775 -1851 ) Es el pintor más original en la historia del paisajismo inglés , sentía una verdadera fascinación por los efectos de la luz Talentoso e imaginativo desde la infancia Joseph Mallord William Turner expuso una cuadro por primera vez en la Royal Academy de Londres, cuando tenía tan solo quince años . Turner viajó mucho y su producción pictórica es muy extensa .Su estilo fue variando con los años , desde las precisas acuarelas topográficas de sus comienzos hasta los grandes paisajes de estilo clásico que pintó después de haber estado en Italia .
Hacía 1805 , cada vez más influido por el romanticismo , su pintura se volvió más libre y expresiva y trató de captar el poder de la naturaleza y en luminosos paisajes de tormentas violentas . Su trabajo fue criticado por la ausencia de composición formal , pero también atrajo a admiradores ilustres como el crítico John Ruskin, gran defensor de su obra . Al fallecer Turner en 1851, legó gran parte de su obra a la nación británica
El valeroso Temerario remolcando a dique seco es como una aparición. Un cañonero de altos mástiles avanza hacía nosotros sobre las aguas tranquilas del Támesis . Esta pintura inmortaliza el navío en su viaje final , que tuvo lugar 33 años después de la batalla de Trafalgar . Esta nave había tenido un papel heroico en la batalla, pues acudió en ayuda de la nave de Lord Nelson , el Victory , cuando se encontraba trabada en un combate a corta distancia. Apesar de su magnífico porte, la nave está ya en un estado irreparable , y es remolcada desde Sheerness a los astilleros de Rotherhithe , donde la desarmarán . El remolcador lleva izada una bandera blanca , símbolo de la triste rendición del Temeraire al desguace.
Pese a que la Unión Jack no ondea ya un mástil, Turner recupera el antiguo valor del Temerario en esta visión idealizada. La licencia artística le permite manipular la realidad , y así la nave se dirige al este con una gloriosa puesta de sol detrás, cuando de hecho Rotherhithe ,se halla al oeste del Sheerness .
Diversos factores hacen de esta pintura una obra tan memorable y comovedora:el entorno sublime , el armonioso equilibrio de la composición, la cualidad extraordinaria de la luz y la propia emoción inherente al tema del cuadro. Metáfora de la vida como viaje, la muerte de la vieja embarcación de vela representa el final de una era; incluso la boya negra en primer plano representa una suerte de punto final . El artista tenía más de sesenta años cuando realizó este lienzo, y quizá hay aquí algo de su propio sentimiento del paso del tiempo. Cuando se exhibió por primera vez el cuadro en 1839 , en la Royal Academy de Londres, la nostalgía del tema se subrayó incluyendo en el catálogo dos versos del poema de Thomas Campbell Ye Mariners of England ; The flag wich braved the battle and the breezes , no longer owns her " ( La bandera que capeó brisas y batallas , no es ya señora de él ")
Los críticos contemporáneos de Turner fueron unánimes en la alabanza de la obra, que celebraba un acontecimiento histórico contemporáneo y que, además incorporaba las técnicas de los antiguos maestros , en particular de Claudio de
Lorena , paisajista francés del siglo XVII ( 1604-1682 ) a quien Turner admiraba. Tuner se negó a vender el cuadro , al que llamaba " my old darling " y que fue considerado en una votación reciente el cuadro más popular de Gran Bretaña.
DETALLES DEL CUADRO
NAVE FANTASMAL.-El Temeraire de tres cubiertas y 98 cañones llevaba varios años amarrado junto al puerto de Sheerness. Se le habían retirado los tres mástiles y todo el velamen y se le estaba cayendo la pintura. Turner, sin embargo quiso mostrar una visión elegante y romántica en tonos blancos y dorados y restauró los mástiles. Es una despedida más digna para una nave con tal nombre.
REMOLCADOR INDUSTRIAL.- El día de su viaje final , otro barco seguía al Temerarie .Turner decidió omitirlo tal vez para subrayar el contraste entre el feo y ennegrecido remolcador de vapor y el majestuoso navío blanco . Algunos han
interpretado el remolcador como un símbolo de la cara negativa de la revolución industrial británica , pero el resto de la obra de Turner contradice la interpretación . Así, el pintor dio la bienvenida a la ingeniería del vapor Lluvia, vapor y velocidad . el gran ferrocarril del Oeste ( 1844 ) una celebración de la era del ferrocarril.
A TODA VELA .- Sobre el horizonte , a la derecha del remolcador , se puede ver la forma de otro barco con las velas desplegadas . Tuner lo incluyó acaso para recordarnos el aspecto que habría tenido el Temerarie en toda su gloria. Con
todo, este barco ha desaparecido ya casi de la vista , y de algún modo refuerza el tema de la pintura: el fin de la era de la navegación a vela y la transición irreversible a la era del vapor.
LUNA CRECIENTE- En el cielo , en la esquina superior izquierda de la pintura se eleva la luna creciente . Su brillo se refleja en las nubes y en el agua y reluce sobre las velas enrolladas en los mástiles y en la espuma que levantan las palas del remolcador . La luz plateada acentúa la palidez etérea de la nave y contrasta con los tonos fogosos del sol poniente.
SOL PONIENTE.- El sol poniente tiene una fuerte carga simbólica , además de la muerte del Temeraire representa el fin de la era de la navegación a vela . El cielo rojo reflejado en la superficie del agua alude posiblemente a los sacrificios de la armada británica en la batalla de Trafalgar . El Temeraire se encuentra a la izquierda de la obra , pero su peso queda visiblemente equilibrado por el fulgor de la puesta de sol , que domina el lado derecho de la composición Se puede apreciar lo gruesa que es la pintura por encima y alrededor del sol , aplicada con una técnica llamada impasto.
FACTOR HUMANO.- Entre los azules y grises de la esquina inferior derecha del cuadro apenas se atisba las silueta de una figura vertical de pie sobre un bote. El artista la incluyó probablemente para dar una idea de la escala y del tamaño del Temeraire Los edificios lejanos añaden también una nota humana al lienzo.
TÉCNICA.-Los paisajes de Turner están influidos por la obra de Claudio de Lorena con quien compartía la fascinación por las cualidades de la luz . Turner pintó las nubes bañadas con el sol del Temeraire con una técnica que había aprendido de Lorena , aplicó finas capas al óleo blanco y amarillo semipransparente sobre elazul, el naranja y el rojo más oscuros para darle un aspecto traslúcido.
Turner legó sus cuadros a la nación británica con la condición de que algunos secolgaran junto a los de Lorena . Así, Dido construyendo Cartago y Sol naciente a través del vapor de Turner, se exhiben junto al Puerto con el embarque de la reina de Saba y el Paisaje con la boda de Isaac y Rebeca de Lorena

La doble cara atribuida al mar de amigo generoso y enemigo implacable ha sido, en todos los tiempos, fuente de inspiración de muchos artistas que buscan, no sólo en sus aguas sino en todo lo que le rodea, la variedad de imágenes que brindan tanto un mundo de belleza, riqueza, emoción y placer, como de peligro, incertidumbre, muerte y dolor. El océano tiene tal fuerza de persuasión o de ambientación que empapa de su peculiar sabor a todos los que se relacionan con él; no en vano en su inmensidad sobrecogedora está el origen de nuestra vida y del mundo en el que habitamos. Al contrario que el paisajista, el marinista no puede repetir su visión sobre un fondo siempre cambiante, ni tiene el recurso de incluir una casa o un árbol en primer plano, por lo que debe pintar la mar en bandas alternativas de luz y sombras: los holandeses comenzaron a destacar el primer plano con botes o pescadores; Van de Velde el Joven, rompió la línea del horizonte con una nave en la lejanía, lo que tuvo buena acogida entre otros marinistas como Turner, condicionados en su obra por clientes muy exigentes con los detalles. Para los británicos, la llegada de los Van de Velde supuso la entrada en las islas del espíritu de un arte que vivía su época dorada nada menos que con Rembrandt, Vermeer, Franz Hals, junto con Van Goyen, Ruisdael, Cuyp, Van de Capelle y otros grandes marinistas. Éste hecho supuso el nacimiento de una escuela, que tuvo un dilatado y floreciente periodo, alentada por la vocación marinera inglesa.
Hasta fines del siglo XVIII, la pintura marítima era demandada por gentes afines a ésta actividad, y se centraba en retratos de buques y acciones de guerra; pero, a partir de este momento, coincidiendo con el romanticismo, hizo su entrada el paisaje marino, de la mano de algunos artistas que lo tomaron como tema central de su obra; y es el tiempo en que Joseph Mallord William Turner (1775-1851) se alza en el pináculo de tal especialidad. Considerado como uno de los mejores paisajistas de la historia del arte, el mar fue el tema principal de su obra. Llegaba incluso a mandar que lo amarraran al palo de su barco, para captar los detalles de la mar embravecida y del cielo de tormenta. Sobre la influencia que tuvieron sobre él los marinistas holandeses, se cuenta que Francis Egerton, tercer duque de Bridgewater, le encargó un cuadro que hiciera pareja con una obra de Van de Velde el Joven, Un temporal en ciernes. Y la respuesta de Turner fue Barcos holandeses en un temporal.
Durante varios meses, los cuadros de Turner han podido contemplarse en las principales pinacotecas del mundo, lo que ha permitido que se haya podido disfrutar de su pintura a través de una gran exposición viajera, dedicada a este pintor británico, uno de los maestros más reconocidos del arte universal y, uno de los pintores marinistas más destacado de todos los tiempos. Una anécdota del escritor John Ruskin -íntimo amigo de William Turner- refleja muy bien el estilo personal del pintor. Al parecer, un crítico recriminó al artista porque éste no reflejara los ojos de buey de unos barcos en una de sus pinturas. A lo que Turner replicó que, en el momento en el que él había pintado el cuadro, los barcos se encontraban a contraluz y, por tanto, los ojos de buey no eran visibles. Contrariado, el crítico argumentó: de acuerdo, pero sabe usted bien que los barcos tienen ojos de buey. Entonces Turner respondió: Sí, pero yo me dedico a pintar lo que veo, no lo que sé.
La vida de Turner coincide con la irrupción del Romanticismo, lo que supone un cambio radical en la actitud de los artistas hacia el mar, que comienza a verse como una fuerza de la naturaleza capaz de suscitar sobrecogimiento, respeto y temor: impresiones que se mantendrían hasta aproximadamente 1830, habiéndose iniciado el proceso de cambio cuando, a finales del siglo XIX, por primera vez se pregonaron los efectos saludables de los baños de mar, lo que Turner pudo comprobar durante sus frecuentes visitas a las localidades balnearias de Margate y Brighton.
Turner no sólo quiso subrayar la importancia de los temas marinos en su arte, sino que había algo en su carácter y en su presencia física que inducía más a tomarle por un experto marino que por un pintor, hasta el punto de que compró una casa en Chelsea, en la que vivió una larga temporada con Sophia Boot, haciéndose pasar por almirante retirado. En 1850 expuso por última vez en la Royal Academy. Enfermó en Octubre de 1851 murió el 19 de diciembre de ese año, en este lugar, a la edad de 76 años. En su testamento legaba a la nación inglesa sus cuadros finalizados, con la condición de que, tras su fallecimiento, en el plazo de diez años se construyese un museo Turner para albergar la colección. De lo contrario, los cuadros deberían ser vendidos. No se construyó el museo ni se vendieron los cuadros y, tras más de un siglo de indecisiones, el legado Turner, constituido por 320 óleos y más de 19.000 acuarelas y esbozos que había en su estudio tras su muerte, se ha recopilado y expuesto en un edificio anexo a la Tate Gallery, conocido como Clore Gallery, que fue inaugurado por la reina Isabel II en Abril de 1987. Y de allí, y de otras pinacotecas, estos meses pasados han viajado a los principales museos del mundo, en donde Rubens, Velázquez y Canaletto, entre otros muchos, dieron una calurosa bienvenida a los lienzos cargados de poesía visual, obra del hijo de un barbero que se convirtió en un genial pintor.


